Una rubita con cara de inocente y una gafitas al estilo de las clásicas secretarias. Esta chica sabe de sobra que tiene un cuerpazo, y además, está muy caliente. Cuando se frota los billetes por sus partes más íntimas llega a un status que le viene de adentro. Le encanta, además, mofarse de todos aquellos esclavos que pagan sus facturas y caprichos ¡Nacida para humillar!